El Instituto holandés de Salud Pública y Medio Ambiente (RIVM) ha llevado a cabo una investigación que ayudará a establecer un programa de detección precoz de Fiebre Q, con el fin de evitar que los pacientes se conviertan en enfermos crónicos.

La Fiebre Q crónica se produce principalmente en las personas con enfermedades cardiovasculares específicas o que tienen un sistema inmune debilitado, por lo que este grupo de la población es considerado de alto riesgo.

Si la Fiebre Q crónica se detecta a tiempo, el tratamiento antibiótico a largo plazo (mínimo 18 meses) mejora la salud y las posibles complicaciones de estos enfermos, lo que repercute en un ahorro de los gastos de atención médica.

Investigadores del RIVM han realizado un análisis coste/beneficio de la detección de Fiebre Q crónica en varios grupos de población, concluyendo que es rentable la detección en las personas con los factores de riesgo citados y que viven en áreas donde se produjo el brote de Fiebre Q entre los años 2007 y 2010. Por otro lado, para los grupos que no son de riesgo, el cribado de fiebre Q crónica no sería rentable.